Es uno de los templos más importantes del país, declarado Monumento Nacional de Colombia por Decreto 2248 11-XXI-1996.
La construcción tiene un estilo barroco tardío neogranadino de finales del siglo XVIII, siendo obra del arquitecto español Antonio García y los tres camerines del ábside del lego Fr. Antonio de San Pedro.
Como obra del ecléctico don Adolfo Dueñas, se elaboró el presbiterio y el altar mayor, con una decoración en alto relieve; Por otro lado, en el año 1786 se construyó un púlpito de estilo plateresco, denominado como el mejor de Colombia.